En un intento por mejorar la seguridad alimentaria y reducir la dependencia de las verduras importadas, Georgia ha puesto en marcha una nueva iniciativa para apoyar la agricultura de invernadero en todo el país. El programa “Verduras georgianas de invernadero”, encabezado por el Ministerio de Protección Ambiental y Agricultura, cuenta con el respaldo de 25 millones de libras esterlinas (9.28 millones de dólares) de cofinanciación estatal. El objetivo principal del programa es promover la producción de cultivos agrícolas de un año utilizando tecnologías modernas y climáticamente inteligentes. Al aumentar la capacidad de los invernaderos, en particular fuera de temporada, el programa pretende impulsar tanto la producción nacional como el potencial de exportación de las verduras georgianas.
El programa ofrece una estructura financiera única diseñada para hacer que la agricultura de invernadero sea accesible a una gama más amplia de agricultores potenciales. Los beneficiarios pueden acceder a una financiación combinada en forma de subvenciones y préstamos, en la que el gobierno cubre la tasa de interés total del crédito emitido por los bancos comerciales. Los montos de los créditos varían de ₾50,000 (18,554 dólares) a ₾1 millón (371,089 dólares), y la financiación de las subvenciones se limita al 30% del monto del préstamo. Sin embargo, la financiación total está limitada al 50% del préstamo y las subvenciones se emiten solo después de que los beneficiarios cumplan con sus obligaciones.
La importancia de este programa radica en su potencial para reducir la dependencia de Georgia de los cultivos hortícolas y vegetales importados. Al fomentar la producción local en invernaderos, la iniciativa pretende crear un suministro interno sólido de productos frescos, incluso fuera de temporada. Esto no sólo mejora la seguridad alimentaria, sino que también ofrece oportunidades para el crecimiento de las exportaciones, especialmente a medida que los productos de invernadero georgianos ganan terreno en los mercados internacionales.
Además, el énfasis en las tecnologías modernas y climáticamente inteligentes se alinea con las tendencias globales hacia una agricultura sostenible. La agricultura climáticamente inteligente se centra en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la eficiencia del uso del agua y aumentar la resiliencia al cambio climático, todos los cuales son esenciales para la sostenibilidad a largo plazo de la agricultura en Georgia. Al incorporar estas tecnologías, los agricultores de invernadero pueden aumentar los rendimientos y minimizar su huella ambiental.
En los últimos años, la agricultura de invernadero ha demostrado tener un enorme potencial en Georgia. Según el Ministerio de Agricultura, la adopción de tecnología de invernadero ha dado lugar a un aumento significativo de la producción de hortalizas, y los tomates, pepinos y pimientos cultivados en invernadero se han convertido en productos básicos tanto en los mercados locales como en los de exportación. Con el apoyo financiero adicional del estado, se espera que más agricultores entren en el sector de los invernaderos, lo que acelerará aún más este crecimiento.
El éxito de esta iniciativa también podría tener un impacto más amplio en el sector agrícola de Georgia. Al promover el uso de tecnologías climáticamente inteligentes y aumentar la capacidad de producción durante todo el año, el programa podría servir de modelo para otras áreas de la agricultura. Esto podría conducir a una adopción más generalizada de prácticas sostenibles en todo el sector, posicionando a Georgia como líder en la agricultura resiliente al clima en la región.
El programa “Verduras georgianas de invernadero” representa un paso importante hacia la mejora de la productividad y la sostenibilidad agrícola de Georgia. Al proporcionar cofinanciación estatal y promover el uso de tecnologías modernas, la iniciativa tiene como objetivo reducir la dependencia de las importaciones, impulsar la producción local y ampliar el potencial de exportación. Si tiene éxito, este programa podría allanar el camino para un sector agrícola más resistente y sostenible en Georgia, posicionando al país como un actor clave en la seguridad alimentaria regional.