En la prefectura de Shizuoka, Japón, una región tradicionalmente conocida por sus melones de alta calidad cultivados en invernaderos, los agricultores están atravesando una transformación significativa. El rápido aumento de los precios de los combustibles (hasta tres veces más altos que en años anteriores) ha hecho que a muchos productores de melones les resulte casi imposible mantener sus operaciones. Ante el aumento de los costos y la reducción de los márgenes de ganancia, los agricultores han dado un giro estratégico hacia el cultivo de hierbas aromáticas como el cilantro, un cultivo que consume menos energía y se adapta mejor a las condiciones económicas actuales.
La agricultura de invernadero, en particular para cultivos como el melón, requiere un importante aporte de energía para mantener unas condiciones óptimas de crecimiento, especialmente durante los meses más fríos de Japón. Según datos del sector, los costes de calefacción de los invernaderos se han disparado en los últimos años debido a las fluctuaciones mundiales de los precios del combustible. Como resultado, muchos agricultores se encontraron al borde del colapso financiero, lo que les impulsó a reconsiderar sus opciones de cultivo.
Para algunos, la solución estaba en la transición al cilantro, conocido localmente como “pakuchi”. Hace ocho años, unos cuantos agricultores pioneros de Shizuoka comenzaron a experimentar con el cultivo de cilantro, impulsados tanto por la necesidad económica de reducir el consumo de combustible como por la creciente demanda de esta hierba en la cocina japonesa. El ciclo de crecimiento más corto del cilantro y sus menores requerimientos de energía en comparación con los melones lo han convertido en una alternativa ideal frente al aumento de los costos del combustible.
La lógica económica detrás del cambio
Informes recientes del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca (MAFF) revelan que los costos de combustible para las operaciones de invernadero han aumentado hasta un 300% desde 2020. Este marcado aumento ha hecho que la producción de cultivos que requieren un uso intensivo de energía, como los melones, sea económicamente insostenible para muchos agricultores. Por otro lado, el cilantro requiere mucho menos calefacción, lo que reduce el consumo general de energía y lo convierte en una opción más viable en las condiciones actuales del mercado.
El cambio hacia el cilantro no sólo ha ayudado a los agricultores a mitigar el impacto del aumento de los costos, sino que también ha convertido a Shizuoka en una de las principales regiones productoras de cilantro de Japón. La hierba ha experimentado un aumento de popularidad en los últimos años, en particular en los centros urbanos, donde los consumidores japoneses están adoptando sabores más diversos e internacionales. Los agricultores informan que el cilantro es ahora un cultivo más rentable que los melones, con fuertes ventas tanto en el mercado interno como en los mercados de exportación.
Un nuevo paisaje agrícola en Shizuoka
El éxito de los productores de cilantro de Shizuoka pone de relieve una tendencia más amplia en la agricultura japonesa: la necesidad de adaptabilidad frente a presiones externas, como los costos fluctuantes de la energía y las preferencias cambiantes de los consumidores. Este cambio no solo ha salvado a muchas granjas del cierre, sino que también ha posicionado a Shizuoka como un actor clave en el mercado de hierbas aromáticas de Japón.
De hecho, el éxito de la región con el cultivo de cilantro ha despertado el interés de otros agricultores de todo Japón, que ahora están considerando realizar transiciones similares. El apoyo del gobierno, incluidos los subsidios para tecnologías de invernaderos energéticamente eficientes, ha alentado aún más este cambio hacia cultivos más sostenibles y económicamente viables.
La transición del cultivo de melones al de cilantro en la prefectura de Shizuoka pone de relieve la resiliencia y la capacidad de adaptación de los agricultores japoneses frente a los desafíos económicos. Al adoptar un cultivo que requiere menos energía y aprovechar la creciente demanda de los consumidores, los agricultores han logrado convertir una crisis en una oportunidad. Como los precios mundiales de los combustibles siguen siendo impredecibles, otras regiones pueden tomar el ejemplo de Shizuoka como modelo para afrontar las complejidades de la agricultura moderna manteniendo al mismo tiempo la rentabilidad y la sostenibilidad.