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En el corazón del valle de Ferghana en Uzbekistán, Odina Sattorova atiende el próspero invernadero de su patio trasero, donde maduran tomates grandes y sabrosos bajo el sol de Asia Central. Para Odina, la agricultura ha sido una forma de vida desde su juventud y el sustento de su familia dependía de ella. Sin embargo, su historia ahora está marcada por una transformación impulsada por técnicas agrícolas “inteligentes” que han reducido la mano de obra y al mismo tiempo han aumentado significativamente la productividad y la rentabilidad.
Una transformación notable
El viaje de Odina hacia la agricultura modernizada comenzó con el proyecto “Agricultura inteligente para la generación futura”, iniciado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en colaboración con la República de Corea en 2021. Esta iniciativa buscaba introducir nuevos métodos agrícolas. y herramientas en Uzbekistán y Vietnam que disminuyen el consumo de agua, minimizan la mano de obra, aumentan el rendimiento de los cultivos, mejoran la calidad de los cultivos y elevan los ingresos.
Los resultados son innegables. Hoy en día, Odina cosecha aproximadamente 400 kilogramos de tomates por semana durante la temporada alta, un aumento notable con respecto a su rendimiento anterior de solo 120 kilogramos. La calidad de sus productos también ha mejorado notablemente, con frutos consistentemente suaves, grandes y sabrosos.
Técnicas agrícolas innovadoras
El proyecto “Agricultura inteligente para la generación futura” aportó varias innovaciones a la agricultura de invernadero en Uzbekistán. En particular, el cambio de las tradicionales cubiertas de arcilla a redes de sombra de plástico en la parte superior de los invernaderos ha demostrado ser beneficioso. Estas películas plásticas son más duraderas, absorben la radiación ultravioleta y evitan la condensación dentro del invernadero.
Entre las herramientas introducidas, Odina considera el sistema de riego por goteo el más valioso. Este sistema no solo proporciona un suministro preciso de agua, sino que también incorpora un mecanismo de fertilización, lo que garantiza un suministro óptimo de nutrientes. Además, monitorea la salinidad y acidez del agua, regulando eficientemente el uso del agua, un recurso valioso en su región con escasez de agua.
Abordar la escasez de agua
La escasez de agua ha afectado históricamente al distrito de Odina, cerca de la frontera con Kirguistán, haciendo que la dependencia de los canales de agua sea una fuente impredecible para el riego. Sin embargo, el proyecto ha introducido una solución al recolectar agua en un tanque exclusivo y automatizar su distribución, asegurando un suministro de agua uniforme, esencial para mantener la humedad del suelo y del invernadero. Este control preciso mitiga el riesgo de exceso de humedad, que puede provocar enfermedades en las plantas.
Conocimiento y empoderamiento
El viaje de Odina hacia la prosperidad no terminó con la adopción de nuevas tecnologías; también incluyó una valiosa capacitación proporcionada por la FAO. Aprendió la importancia de controlar la temperatura y la humedad dentro del invernadero, esenciales para prevenir la propagación de enfermedades de las plantas. Armada con estas nuevas habilidades y prácticas, Odina ha transformado su negocio de tomates en una pequeña empresa próspera, duplicando o incluso triplicando sus ingresos anteriores.
Agricultura sostenible para el futuro
Los vecinos y visitantes de la granja de Odina notan inmediatamente las innovadoras medidas adoptadas. Las mallas a prueba de insectos, las esteras desinfectantes y las trampas adhesivas para plagas han reducido drásticamente la necesidad de pesticidas. Este enfoque proactivo previene la intrusión de plagas y enfermedades, mejorando la salud de los cultivos.
La digitalización también ha encontrado su lugar en la gestión de invernaderos. Se están probando sensores y software que miden la humedad del suelo, la radiación solar, la humedad y la temperatura del aire. Estos datos, accesibles a través de dispositivos móviles, permiten el control remoto del microclima y una programación precisa del riego.
Un futuro mejor para las familias
Para Odina y su familia, los ingresos adicionales de su floreciente invernadero les cambian la vida. Aspira a brindarles a sus hijas oportunidades de educación superior y los ingresos se destinan a pagar las tasas universitarias. Su historia subraya cómo la agricultura inteligente no se trata sólo de aumentar los rendimientos; se trata de asegurar futuros más brillantes para las familias y las comunidades.
Un futuro en crecimiento
La historia de éxito de Odina es sólo uno de los 40 invernaderos que la FAO ha modernizado en las regiones de Andijan, Namangan y Ferghana en Uzbekistán. A medida que la agricultura se vuelve “inteligente”, los ingresos se vuelven sostenibles, lo que fomenta la confianza en un futuro mejor. El próximo año, el proyecto tiene como objetivo ampliar la adopción de invernaderos optimizados y extender aún más estas prácticas sostenibles.