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La agricultura rusa está buscando formas de aumentar su productividad y reducir su dependencia de los mercados extranjeros. Una solución es reducir la dependencia del país de las semillas extranjeras, lo que contribuye significativamente al alto costo de producción. El presidente de la Asociación Nacional Rusa de Productores de Frutas y Hortalizas, Sergey Korolev, abogó por el uso de semillas nacionales. Sostiene que esto impulsará la producción de verduras y frutas y al mismo tiempo reducirá el costo de la agricultura. Este artículo explora los beneficios del uso de semillas locales en complejos de invernaderos rusos y los desafíos que implica.
Según un informe del Ministerio de Agricultura de Rusia, la cuota de mercado de semillas nacionales del país es inferior al 20%, cifra muy inferior al objetivo del 75% fijado para 2030. Por el contrario, las empresas extranjeras dominan el mercado, mientras que las empresas de semillas holandesas representa hasta el 80% de las importaciones de semillas de hortalizas. Para abordar esta cuestión, el presidente de la Asociación Nacional Rusa de Productores de Frutas y Hortalizas, Serguéi Korolev, pidió que sólo se concedan subvenciones a los complejos de invernaderos que utilicen semillas locales. Señaló que las empresas holandesas reciben subvenciones para la venta de semillas, de las que carecen las empresas semilleras rusas. Además, comprar semillas extranjeras apoya la ciencia extranjera, no la investigación nacional.
Sin embargo, la implementación de una política de este tipo no está exenta de desafíos. En primer lugar, la calidad de las semillas nacionales debe ser alta para garantizar que puedan competir con las semillas extranjeras. En segundo lugar, los complejos de invernaderos deberán realizar una transición gradual, lo que requiere un cambio de mentalidad, financiación e inversión. En tercer lugar, la aplicación de cuotas a la importación de híbridos extranjeros puede provocar reacciones negativas y posibles pérdidas económicas.
A pesar de estos desafíos, el uso de semillas nacionales tiene varios beneficios. Las semillas nacionales se adaptan bien al clima ruso y, por lo tanto, pueden dar lugar a mejores rendimientos y cultivos de calidad. Además, el uso de semillas locales puede contribuir al desarrollo de la investigación y la innovación locales. Por último, el uso de semillas nacionales puede reducir la dependencia de Rusia de los mercados extranjeros y, a su vez, mejorar la seguridad alimentaria.
Reducir la dependencia de Rusia de los mercados extranjeros mediante el uso de semillas nacionales es un paso hacia el aumento de la producción local y el logro de la seguridad alimentaria. Aunque la transición requerirá inversión, tiempo y un cambio de mentalidad, los beneficios a largo plazo son significativos. Con el apoyo del gobierno y la cooperación de los complejos de invernaderos, el país puede aumentar su participación en el mercado interno de semillas y mejorar su sector agrícola.