La agricultura de interior, también conocida como agricultura vertical, ha estado en los titulares recientemente como uno de los sectores agrotech de más rápido crecimiento. Según Crunchbase, en 2022, las granjas verticales recibieron cuatro de las cinco mayores inversiones en nuevas empresas de AgroTech. Algunas de las nuevas empresas de agricultura de interior mejor financiadas en 2022 fueron Plenty, Gotham Greens, Soli Organic, Source.ag e ioCrops. Sin embargo, todavía existe un desafío al que se enfrenta la agricultura de interior: actualmente, solo se pueden cultivar unos pocos cultivos en estas instalaciones.
Los datos de Crunchbase muestran que 2022 fue el mejor año para la agricultura de interior en términos de inversión de capital de riesgo. Sin embargo, el problema con la agricultura de interior es que se limita a unos pocos cultivos, como lechuga, espinaca y hierbas delicadas. El trigo, el maíz, la soja y otros cultivos que constituyen la mayor parte de nuestro suministro de alimentos no se cultivan actualmente en estas instalaciones. “El desafío es que solo unos pocos cultivos se pueden cultivar en interiores”, dice Matt Ryan, director ejecutivo de Soli Organic. Según él, es mucho más caro y, en el futuro, muchos cultivos seguirán cultivándose en los campos.
A pesar de estos desafíos, la agricultura de interior tiene el potencial de revolucionar la agricultura. Al cultivar en un ambiente controlado, la agricultura de interior elimina la necesidad de pesticidas, herbicidas y otros productos químicos nocivos que se usan comúnmente en la agricultura convencional. Además, la agricultura de interior puede reducir significativamente el uso de agua y la necesidad de tierra, lo que la convierte en una solución ideal para áreas urbanas con espacio limitado.
Tecnología y Campos Abiertos: Desafíos y Oportunidades para la Agricultura
La agricultura es uno de los sectores más importantes de la economía mundial y proporciona alimentos y materias primas para una población en crecimiento. Los agricultores y agrónomos enfrentan muchos desafíos, incluidos el cambio climático, la degradación del suelo y las plagas y enfermedades. En los últimos años, la tecnología se ha convertido en una poderosa herramienta para aumentar la productividad y la sostenibilidad en la agricultura. Sin embargo, no todas las granjas pueden beneficiarse por igual de estos avances.
Las fincas grandes que cultivan cultivos como el maíz y la soja, que cubren la mayor parte de la tierra cultivable y adoptan rápidamente nuevas tecnologías, tienden a tener una ventaja sobre las fincas más pequeñas. Algunas de las mejores organizaciones de mejoramiento se enfocan exclusivamente en estos cultivos debido a su rentabilidad. Jacqueline Heard, directora ejecutiva de Enko Chem, una empresa emergente que produce pesticidas, dice: “Algunas de las mejores organizaciones de fitomejoramiento ni siquiera se preocupan por los cultivos menores. Solo se enfocan en el maíz y la soya porque pueden ganar mucho dinero con ellos”.
Otro desafío es que tecnologías como los robots y la IA dependen en gran medida de los servicios en la nube. Sin embargo, muchas granjas carecen de acceso a Internet de banda ancha o su conexión es demasiado débil. En los EE. UU., por ejemplo, alrededor del 20 % de las granjas enfrentan este problema. Sin embargo, la inteligencia artificial y el análisis predictivo serán cruciales para las granjas de campo abierto en el futuro, incluso si actualmente no son accesibles debido a limitaciones de infraestructura.
Los promedios históricos ya no son precisos para evaluar el rendimiento de los cultivos, particularmente ante el cambio climático. Por lo tanto, las empresas emergentes que desarrollan tecnologías para granjas a campo abierto son cada vez más importantes. Por ejemplo, Enko Chem produce pesticidas y herbicidas que no dañan las plantas ni los recursos hídricos. Según Crunchbase, la empresa recaudó 10 millones de dólares en una ronda de financiación de la Serie C en enero. Inari, una startup de edición de genomas de semillas, tiene como objetivo aumentar la resiliencia y el rendimiento de los cultivos al tiempo que reduce el consumo de agua. La compañía afirma que puede aumentar los rendimientos de soja en un 20 % y los rendimientos de maíz en un 10 % utilizando un 40 % menos de agua.