En Alemania, los invernaderos de hortalizas comenzaron a cerrar debido a un fuerte aumento en los precios de la energía. Así lo informó el domingo 6 de noviembre la radio bávara BR24.
Se observa que los agrónomos locales se ven obligados a abandonar el cultivo de hortalizas, ya que en invierno el proceso resulta muy costoso. Por ejemplo, Tanya y Andreas Evers dijeron que ahora no pueden permitirse mantener las temperaturas necesarias en el invernadero, que se logran con calefacción a gas. La pareja se quejó de que no saben cuánto les costará cultivar hortalizas, ya que el contrato de gas vence a fin de año. Sin embargo, los Ever están seguros de que todo se encarecerá, empezando por los fertilizantes y las semillas.
Los agrónomos también dijeron que algunos clientes ya han comenzado a rechazar compras no planificadas de tomates cherry. Debido a esto, los Ever tuvieron que reemplazar el cultivo de tomates y pepinos con lechuga. Según Andreas, no esperará el apoyo del estado, sino que tomará el asunto en sus propias manos. El alemán admitió que quiere comprar una central térmica que funcionará con GNL y generará calor y electricidad.