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La hidroponía, un método agrícola revolucionario que implica el cultivo de plantas sin tierra, ha ganado un gran impulso en los últimos años debido a sus numerosos beneficios. La segunda granja de invernadero hidropónico de Tabuk, situada en Brgy. Cabaritan, es una iniciativa ejemplar que busca fomentar la jardinería en el patio trasero como un enfoque práctico para lograr la seguridad alimentaria y abordar la desnutrición y la privación de alimentos.
A diferencia de la plantación convencional en el suelo, la hidroponía utiliza un sistema de agua que consume menos agua y al mismo tiempo nutre eficazmente los cultivos. El sistema de riego automatizado elimina la necesidad de riego manual diario, lo que conserva aún más los recursos. Además, el agua utilizada durante el riego se recicla dentro del sistema, lo que lo hace ecológico y sostenible.
Harriet Tenda, la visionaria propietaria de la granja hidropónica, enfatiza que la hidroponía permite un desarrollo más rápido de las plantas y produce mayores cantidades, lo que garantiza la estabilidad financiera de las familias involucradas en la empresa. La granja se centra principalmente en el cultivo de cinco variedades diferentes de lechuga, junto con una variedad de hierbas y verduras. En tan solo 35 días, los cultivos están listos para la cosecha, se cultivan libres de plagas y se nutren orgánicamente, lo que mejora su contenido de nutrientes.
Un aspecto notable de esta técnica de cultivo hidropónico es su rentabilidad. Un solo tramo de este método de siembra puede producir hasta 60 kilos de lechuga, lo que lo convierte en una opción financieramente viable para las familias que desean cultivar sus propios alimentos. Además, este enfoque no requiere importantes recursos financieros para empezar. Las familias pueden emplear materiales fácilmente disponibles, como bambúes, en lugar de camas de acero para plantar, haciéndolo accesible a un grupo demográfico más amplio.
De cara al futuro, la granja hidropónica planea ampliar su oferta de cultivos incorporando cultivos de alto valor como las fresas, diversificando así sus productos y contribuyendo a un sistema alimentario local más sostenible.
Más allá de su propio éxito, la familia Tenda estableció la Fundación Camino Indígena para promover y apoyar proyectos similares que cultivan vegetales orgánicos en los patios traseros. Su objetivo es enseñar a madres y niños cómo cultivar un huerto en el patio trasero, fomentando una cultura de autosuficiencia y nutrición.
Gracias a la abundante primera cosecha de la finca, el pueblo de Brgy. Cabaritan fue invitado a participar en un programa en el que podían llevarse lechuga a casa, promoviendo los beneficios de los productos ricos en nutrientes cultivados localmente. También se llevó a cabo un concurso culinario que mostró la versatilidad de bocadillos y comidas saludables y nutritivos que se pueden preparar con los productos de la granja.
La segunda granja de invernadero hidropónico de Tabuk representa un paso significativo hacia la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible. A través de este enfoque innovador, las familias pueden cultivar sus propios vegetales ricos en nutrientes minimizando al mismo tiempo el impacto ambiental. El potencial de escalabilidad del proyecto, junto con su compromiso de promover la jardinería orgánica en los patios traseros, lo convierte en un modelo que vale la pena emular en la búsqueda de un futuro más saludable y sostenible.